PODER Y DINERO, MUCHO DINERO.

febrero 20, 2009

Siempre ha tenido mucho poder la Iglesia Católica, desde tiempos inmemoriales, la jerarquía eclesiástica ha dominado y ha ejercido el poder en los diferentes territorios de España, y también en aquellos colonizados, como el caso de varios países de América.

Remontándonos a la colonización, podemos comprobar como la evangelización ha salido a la perfección, como plan a largo plazo para garantizar creyentes. Cientos de años después, Sudamérica es uno de los fortines del catolicismo.

Volviendo a España, y a partir de la Constitución Española, se suponía que la Iglesia Católica perdería poder a favor del pueblo. Pero no ha sido así. El artículo reproducido más arriba, declara con claridad que en España no habrá ninguna religión con capacidad de decisión en las actuaciones del Estado, más, la realidad es bien distinta.

Desde la Constitución Española, pasando por el Acuerdo con el Vaticano de 1979, la jerarquía católica ha ido ganando poder, y, dinero; mucho dinero.

Uno de estos ejemplos es el tema de la renta, y la dichosa declaración de la renta. Actualmente hay varias casillas: Iglesia Católica, otras confesiones religiosas y otros fines de interés social.

De aquí se desprende una clara discriminación, y una vulneración de aquel artículo, el de la aconfesionalidad. Los judíos, musulmanes y otras confesiones religiosas se reparten un cierto porcentaje. Las decenas de miles de organizaciones sin fines de lucro, se reparten otro. Y la Iglesia Católica se queda con el porcentaje íntegro.

Muy bien; aconfesionalidad y autonomía económica.

No es el único ejemplo. Otro podría ser la libertad y capacidad para acceder a los locales de culto de las diferentes confesiones religiosas. Me confieso ateo, pero ¿y si quisiera profesar una religión?.

Al lado de casa tengo 4 iglesias, en un espacio bastante reducido. 4, que es casi lo mismo que el número de cadenas de supermercados…

El problema comienza cuando no me gusta el catolicismo; quiero ser musulmán. Vale, otra decisión, pues busquemos una mezquita. En mi ciudad, debo viajar casi 16 kilómetros, y pagar el correspondiente peaje, para poder rezar en una mezquita, y ni eso, porque la más cercana es un piso reconvertido en centro de culto, algo que posiblemente esté prohibido.

Mejor no comentar hasta donde tendría que viajar para encontrar una sinagoga…

Ejemplos de este tipo hay cientos. No creo en la autofinanciación de la Iglesia Católica, creo que todos seguiremos pagando regularmente la xenofobia, la homofobia y el retrogradismo.

Además, esta situación se ve prolongada por el apoyo de ciertos partidos políticos, que, a través de la política promueven ataques nacional-católicos a aspectos como el derecho a abortar, el derecho al matrimonio homosexual, y el veto del velo.

Mientras, nosotros seguiremos viviendo en este país (a)confesional llamado España.

POR: VALOR AÑADIDO.  http://blogs.tercerainformacion.es/valor/

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